(desde el más profundo odio y admiración, porque lo que soy, es en lo que me convertiste, con lo bueno y lo malo)
Ni siquiera este poema
Se merece palabras bonitas para definirlos
Ni siquiera se merecen este poema
Pero la rabia ha de escupirse sobre sus cabezas
Se miran al espejo y se creen los mejores
En su mundo, donde sólo existen ellos
Son cobardes y hieren a cualquier precio
Les da igual que seas una niña
Y levantarle la mano a tu madre
Si con suerte, no se la deja caer
Y tú a callar! Que si no te llevas otra!
Así cada día, la rutina de mi quehacer.
Proteger a mi madre,
de sus insultos,
Sarcásticos e inteligentes,
Para que mi pobre madre,
Sarcásticos e inteligentes,
Para que mi pobre madre,
inculta e ignorante,
No pudiera replicarle.
No pudiera replicarle.
Pero cabrón!!
Heredé tu inteligencia!
Y el genio de la que me parió!
Por eso, la he defendido,
la he protegido
de todo ese dolor.
Pero, no lo olvidemos,
mi madre ha sufrido, igual que yo,
Porque todo el dolor que le he quitado,
lo llevo yo en el corazón.
2 comentarios:
El dolor, desgraciadamente, se hereda. Pero ahí estamos los fuertes, para evitarlo, para protegernos...
Abrazos, compañera de blog
Sí señor! se hereda el dolor, y tb el coraje. gracias por tus comentarios.
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